Sábado de Jevi Metal

El sábado pasado salí con una pareja amiga a tomar unos cacharros y acabamos en el Valle del Kas. Tres susios jeviorros en busca del paraíso perdido. Primero fuímos a un local muy grande, Excalibur, que tiene dos plantas y donde se han dado algunos conciertos. Caro, con los minis (katxis) muy minis, muy vacío y con la edad media de la parroquia de treinta y pico para arriba. Hablando, recordamos locales míticos como el Canci(ller) [¿alguien sabe dónde coño estaba la cabina del pincha?, éso sí es un misterio y no los fantasmas del Windsor], el Penta(grama), el Maderfaker, el Lemmy y que antes era impensable que un local así estuviera vacío a las 12. Me acordé de mi buen amigo Ernesto y los buenos ratos que nos pasamos en el Bevera, viendo a su primo intentar ligarse a la camarera y la posterior reconversión en el Akelarre mítico local de curdas y hasta algunos magreos. Fantástico y mágico lugar -de espantosa pintura azul raro- donde había que regatear al revés con Jose, alias "Woody", que llevaba el bar casi más como una ONG que como un negocio de verdad. Un tío encantador, inteligente (ingeniero de teleco "magna cum laude"), hiperactivo y madridista el pobre. A ésa desgracia hay que añadir que se casó. En fin, pruebas que te manda el Señor, dicen. Después de un ratito allí y antes de empezar a comernos la mesa para evitar el aburrimiento nos movimos a otro lugar -el Hebe*- que estaba a rebosar tanto que había que hacer cola en la calle. Por allí nos enteramos de la aplastante victoria finlandesa. Unos minis y dos bocatas (estoy a dieta) más tarde abandonamos el local con los acordes de Okupación a modo de despedida. Aunque creo que Burning hubiera sido más apropiado:

"Dan las seis, sintonizo a los Stones,

recuerdos del pelo largo,

viejos blues, queridísimo Eric Burdon..."


*Aunque todos sepamos que debería ser la, dado que era la deificación de la juventud.