La concejalía de empleo de Barataria

Soy técnico de OPEA en mi ayto. Ésto significa que me dedico a ayudar a los desempleados (que no parados, parada está la torre del pc) a mejorar sus posibilidades de que encuentren trabajo dándoles diversos recursos y herramientas, fomentando la independencia siempre. Y he de decir que me gusta que me encanta mi trabajo, cuando una usuaria (son mayoría las mujeres) viene y te dice que no puede continuar con el itinerario por que ha encontrado trabajo se te pone una sonrisa de oreja a oreja. Si le sumamos el horario (de 8 a 15) y el sueldo, bastante bueno y el buen ambiente general que tenemos, lo normal es que uno de palmas con las orejas. Y sentirte un poco culpable cuando oyes a la gente echar pestes de su curro...
De todos modos, no todo el campo es orgasmo. Lo más irónico es que nuestra meta con los usuarios es que encuentren trabajo y lo mantengan el mayor tiempo posible, mientras que nuestro trabajo tiene fecha de caducidad como los yogures: el 31 de Marzo nos vamos a la puta calle. En teoría deberían contratar nuevos técnicos el 1 de Abril pero a la burro-cracia nunca le da tiempo, desde que se aprueba en Enero la orden. Pero ¿cómo se produce éste follón?. Fácil. Éste programa depende de los dineros del FSE que subvenciona muchísimo el programa. El objetivo final de la subvención es que tanto las entidades locales como las organizaciones que nos contratan a los técnicos pasemos a ser plantilla (para poder trabajar como OPEA tienes que estar desempleado) pero ¿para qué hacer indefinidos pudiendo acogerse a la subvención?. Así que cuando el grifo europeo se cierre (en 2008), va a crearse una situación jodida con todos. Las entidades potentes (ayto. de Madriz, Barataria u otros) supongo que asumirán de alguna manera la situación pero otras más pequeñas (otros aytos u organizaciones) silbaran El puente sobre el río Kwai dejando a técnicos y usuarios colgados. Encantador, ¿no?.
Otro asunto es mi relación con el personal de apoyo (aux. administrativas) y mi dificultad para dar órdenes. Simplemente, no me gusta. Por lo general, creo que el reparto de tareas y el trabajo a asignar, se puede hacer sin que suene a orden dado que no estamos en un cuartel. Además, siempre he pensado que las jerarquías fuera del ejército no tienen mucho sentido. Pero sea por lo que sea, éste año me he encontrado con un par de compañeras que me hacen cada día replantearme ésta historieta y pasar a planificar las tareas como tales órdenes por que sino no hacen bien su trabajo y repercute en el mío. Hablándolo en confianza con una tercera, a la que conozco de otros años y que tiene más experiencia, me desconcertó y tranquilizó a partes iguales aclarándome la situación e indicándome como actuar con ellas. Un cielo de mujer y de profesional a la que alguna imbécil no ha sabido valorar su trabajo.
Otra cosilla es tener que trabajar en una concejalía, donde tus jefes son cargos políticos o de confianza política. Por si acaso, siempre hay que ser parco en la expresión de ideas políticas. No vaya a ser qué. De todos modos, en mi trabajo como técnico no tengo ninguna presión ni hasta ahora la he tenido.
En fin, otro día hablaremos de las entrañables cenas de empresa.
Vale.