2005/10/16

SUBSIDIOS AGRÍCOLAS

(ARTÍCULO PUBLICADO EN FOREIGN POLICY ED. ESPAÑOLA)
SUBSIDIOS AGRÍCOLAS

La solución de la pobreza y el atraso de una parte importante de la humanidad se vio en un primer momento, sobre todo, como un imperativo ético, es decir, de justicia. Más tarde se empezaron a mezclar dos aproximaciones ligadas entre sí: una vinculaba esos problemas a la paz, la estabilidad y la seguridad en determinados países o regiones, y la otra los relacionaba con los derechos humanos, cuya definición se amplió desde los individuales a los económicos y sociales, hasta incluir el derecho al desarrollo. En un tercer y más reciente momento el desarrollo se ve vinculado a la noción contemporánea de la seguridad colectiva.

El Informe del Grupo de Alto Nivel sobre las Amenazas, los Desafíos y el Cambio, de Naciones Unidas, indica “que las mayores amenazas (…) con que nos enfrentaremos en los decenios por venir, van mucho más allá de las guerras de agresión entre Estados”(...), “cualquier suceso o proceso que cause muertes a gran escala o una reducción masiva de las oportunidades de vida y que socave el papel del Estado como unidad básica del sistema internacional constituye una amenaza para la seguridad internacional”. A partir de esa definición se identificaron seis grupos de peligros: los económicos y sociales (como la pobreza, las enfermedades infecciosas y la degradación del medio ambiente); los conflictos entre Estados; los enfrentamientos internos, como la guerra civil o el genocidio; las armas nucleares, radiológicas, químicas y biológicas, el terrorismo y la delincuencia organizada transnacional.

En esa ensanchada visión de la seguridad internacional destacan dos aspectos, que resultan de la mayor pertinencia al intentar explorar temas y problemas que hoy obsesionan y que, probablemente, serán cosa de la historia en pocas décadas. El primero lo constituye el hecho de que esas amenazas –de las cuales, ningún país por poderoso que sea, puede aislarse– están íntimamente entrelazadas: los problemas económicos y sociales son causa de conflictos en y entre los Estados, lo que se traduce en deterioro de las condiciones de vida y la pobreza, a su vez, en degradación del medio ambiente. Esos enfrentamientos y sus causas económicas y sociales –incluyendo la disputa por recursos naturales y la generación de un ambiente de frustración y resentimiento que alienta el terrorismo– conducen al debilitamiento y colapso estatal, de lo cual se aprovecha la delincuencia organizada y el terrorismo con sus implicaciones en la proliferación de armas.

Segundo: desde el punto de vista de la prevención de las amenazas a la seguridad colectiva, el avance económico y, sobre todo, social constituyen una innegable línea de defensa. No desconocemos que el desarrollo per se no elimina todos los factores de inseguridad –como bien lo demuestran hechos recientes–, pero descomprime el caldo de cultivo que es la pobreza, en la cual germinan y se alimentan muchos de los elementos de la inseguridad que hoy vive el mundo.
Planteadas así las cosas, ¿qué mejor instrumento puede ser utilizado con urgencia para aliviar la pobreza en el mundo que eliminar los subsidios a la agricultura en los países ricos? No se entiende que por proteger a un pequeño segmento de su población y de su economía los países desarrollados no contribuyan a aliviar la situación de miseria y postración de varios miles de millones de habitantes en Asia, África y América Latina, que por este medio verían así incrementados sustancialmente sus ingresos. El argumento es mucho más vigoroso aún si se piensa que los Estados ricos disponen de recursos suficientes como para compensar a su población agraria por los efectos que la medida acarreará. No desconozco que la mera eliminación de los mismos no asegurará automáticamente que sus beneficios lleguen a las grandes mayorías, pero para eso están las políticas internas que lo hagan realidad.

El fin de las subvenciones será muy significativo para América Latina, tanto en términos de bienestar como de exportación, pues esta medida, aplicada en todo el hemisferio occidental, supondrá un incremento de las exportaciones agrícolas del 14%, del que se beneficiarán sobre todo Brasil, Chile, América Central y el Caribe, con mejoras esperadas de entre un 15% y un 27%. Un aumento en el volumen de exportaciones generará más trabajo, ralentizará la migración hacia las ciudades y ayudará a impulsar las rentas del sector agrícola, lo que incidiría en la reducción de la pobreza.

Además, el impacto positivo de esta medida en el crecimiento de los países menos favorecidos será mayor de lo que se cree, debido a la enorme expansión de la demanda alimenticia y de otros productos agrícolas asociada al vertiginoso crecimiento de Estados como India y China. El PIB en estas naciones, que representan casi el 40% de la población mundial, ha crecido entre finales de los 90 y 2003 a una tasa promedio superior al 5% y 8%, respectivamente. ¿Se imaginan el impacto en el potencial exportador y de crecimiento de los países en desarrollo asociado a ese cambio en los parámetros mundiales de la demanda de productos agrícolas?
La conclusión es sencilla: desde el punto de vista de la seguridad colectiva, y, por tanto, de la supervivencia de la humanidad, los subsidios agrícolas son un lujo que no puede subsistir.

Enrique Iglesias es secretario general permanente de las Cumbres Iberoamericanas.

1 Comentarios:

Blogger wilson dijo...

Pongámonos en el caso de España. Quitamos las ayudas y perdemos competitividad. Entonces vuelve a aparecer el fantasma del paro. ¿Qué hacer entonces?

- Agarro el campo de lechugas y planto otro tipo de vegetal. ¡Ay! pero dentro de unos años me veré en la misma situación.
- Me reciclo y me voy a la industria. ¿Qué industria?
- Cambio el campo por el turismo. ¡Vaya! El sensible sector servicios sigue aumentando.
- Me dedico al I+D. ¿Mande?
- Saco unas oposiciones en el momento que decidan convocarlas.
- Me coloco en un banco al calor del dinerito.
- Me prejubilo al calor de la mesa camilla.

Fíjate la que se ha liado con la subida del petróleo, esa que vamos a pagar a pesar de todos los españoles.

26/10/05 02:06  

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